jueves, 15 de noviembre de 2012

No merece la pena mirar atrás y ver lo perdido, cuando todavía queda tanto por ganar.

Los recuerdos son solo eso, recuerdos. A veces son buenos, otras veces amargos. No por ello debemos querer olvidarlos, pues somos quienes somos por ellos. Siempre se puede cambiar. No tenemos que arrepentirnos de ser quienes somos, ni de lo que hemos dicho, ni vivido, ni sentido. Cometemos errores, somos humanos. Eso sí, los peores errores a veces no muestran cosas, momentos y gente, que no esperábamos encontrar. Siempre es bueno mirar hacia adelante, pero a veces también hay que pararse a recordar, para poder así valorarse a uno mismo. Las personas van y vienen. No se puede tener todo en esta vida, y a veces, por querer tenerlo todo, se pierde lo que uno más valora. Hay momentos en los que hay que dejar de pensar en uno mismo, y hay que empezar a mirar por los demás. Hay que buscar en esta vida a quien te haga sonreír, más también a quien esté dispuesto a decir la verdad aunque duela. Sí, hay muchos conocidos, pero muy pocas personas a las que puedas llamar hermanos.


domingo, 4 de noviembre de 2012

A veces hay que aprender a ir despacio, para disfrutar de cada segundo con una sonrisa.

Hay momentos que no tienen precio. Son un beso, una caricia, una tarde o una mañana. Para cada cosa hay un momento, y cada momento tiene sus cosas, o al menos eso dicen. A veces hay que parar, mirar alrededor y darse cuenta de la belleza de todo lo que nos rodea. De que hay personas que de verdad importan y con las que pasar toda la vida se queda corto. Que hay amistades que si deberían durar para siempre, y momentos que no queremos olvidar. A veces un encuentro, fruto de la casualidad, cambia nuestro mundo de la noche a la mañana. Estos cambios, estos errores nos hacen humanos, nos hacen personas. Sonreír no siempre significa ser feliz, pero demuestra que no se han perdido las ganas de seguir luchando.