viernes, 2 de diciembre de 2016

Hay batallas que es mejor perder.

A veces es más beneficioso salir perdiendo. Viene bien caerse, porque más duro que caer es volver a levantarse. Cuando uno logra resurgir, salir de una decepción, de un problema, entonces es cuando crece como persona. Ese es el momento en el que se aprenden las lecciones de vida, en el que se madura y se crece. A veces las mejores lecciones de la vida se aprenden a golpes. A veces es mejor dejar atrás a los gilipollas. Hay momentos en que la vida te pone en un aprieto y ves como tus alas prenden fuego. Cuando creas que ya no puedes volar inténtalo con más ganas que nunca. Cuando quieran hacerte daño y hundirte, lucha más que nunca por subir a flote. No dejes de nadar. Nunca te canses de intentarlo porque no sabes lo cerca que puedes estar de alcanzar lo que más deseas. Sigue con la cabeza bien alta y una sonrisa, porque a los que quieren verte caer lo que más les va a joder es verte sonriendo. Así que no dejes de hacerlo, me escuchas, no dejes de sonreír. Y recuerda, el día que te rindas estarás más cerca que nunca de alcanzar tu meta. No lo hagas, no abandones.

Fuente: Sara Herranz



miércoles, 9 de noviembre de 2016

Si no esperamos nada de nadie, nadie puede fallarnos.

A veces es complicado entender, que las personas nunca serán exactamente lo que esperamos de ellas. Llega un momento en el que no queda más remedio que entender, que nuestras expectativas sobre alguien, lo más probable es que nunca lleguen a cumplirse. Tenemos que dejar de poner a las personas a prueba con la esperanza de que cumplan nuestras expectativas. Rara vez lo harán. No podemos obligar, ni esperar de nadie que sean exactamente lo que nosotros necesitamos de ellos. No importa si es tu pareja, un amigo o un familiar. No debemos intentar querer cambiar a alguien, si no aprender a querer con lo bueno y con lo malo. Dejar de esperar, de poner a prueba, y empezar a disfrutar del individualismo de cada persona. Puede que no sean perfectos, o no sean lo que esperamos de ellos, pero serán especiales. Cuando dejamos de crearnos expectativas, ganamos la posibilidad de sorprendernos, en vez de decepcionarnos. Quizás es en ese momento, en el que nos dejamos sorprender, que abrimos los ojos a una persona nueva, y no a la expectativa de alguien. Cuando dejamos de lado las expectativas, abrimos la puerta a la magia de conocer de verdad. 


jueves, 21 de julio de 2016

Y entonces te conocí. 

Enamorarse. Es algo difícil de explicar con palabras. Es una sensación que te recorre desde la punta de los dedos de los pies, hasta los pelitos de la nuca. Cuando lo sientes es difícil no volverse adicto a la sensación que provoca. Estando enamorado los problemas pesan menos, porque tienes con quien compartirlos. Es quedarte con cara de bobo sin darte cuenta, y que tus amigos se rían de ti porque no puedes parar de sonreírle a la pantalla del móvil. Es tener siempre un hombro en el que llorar y alguien con quien compartir sonrisas. A veces se hace más real en los pequeños detalles, en las cosas que se comparten en el día a día. Enamorarse es increíble, y doloroso a la vez. A veces se sufre, pero no quieres dejarlo todo marchar, quieres aguantar, para recuperar esa sensación de que todo está en su lugar.Por eso en ocasiones merece la pena luchar, contra viento y marea, da igual los kilómetros que haya en medio. A veces amar es darse cuenta de que tener un hogar no depende del lugar, si no de la persona que te hace sentir en casa. 



viernes, 8 de abril de 2016

Hay veces que llega una persona nueva a tu vida y trae con ella un soplo de aire fresco. 

La amistad es algo a la que demasiadas personas no le dan la suficiente importancia. No hablo de esa amistad que se basa en un par de conversaciones de whatsapp, salir de fiesta juntos, y un par de fotos de postureo. Hablo del tipo de amistad que hace que cada día te aparezca una sonrisa en la cara. Me refiero a encontrar a alguien que te haga reír a carcajadas, hasta que las lágrimas de alegría resbalen por tus mejillas. He de decir, que pese a todas las amistades falsas y que no merecían la pena, el destino ha dejado a mi lado a personas increíbles. Encontrar a alguien con quien la conexión no desaparece, que está a tu lado para ser sincero, darte la mano cuando te caes y secarte las lágrimas cuando lloras: eso es un tesoro. Es magia. Una persona que te hace sentir afortunado hasta cuando crees que no te queda nada. A veces, entre todo lo malo, hay un rayo de luz. Hay alguien, un incondicional, que te hace sentir que no tienes que volver a estar solo, que no van a abandonarte. Hay momentos en la vida en que los cambios asustan. Alejarse de casa, cambiar de vida, todo eso da miedo. Pero al final del camino, esas experiencias te aportan momentos, y personas que te cambian la vida. Por eso a veces hay que arriesgarse, dejar de tener miedo. Cuando dejamos atrás el temor de estar solos, aprendemos a disfrutar del camino y encontramos las mejores compañías. 



lunes, 28 de marzo de 2016

Quizás lo más difícil de todo sea dejar de escribir sobre ti.

Todavía me pregunto cada noche dónde estarás, si seguirás ahí, en algún lugar, pensando que seguimos mirando la misma luna. Desde que te fuiste todo se hizo complicado, y no puedo dejar de preguntarme si todavía leerás mis textos, si recordarás los momentos que vivimos, las palabras que nos dijimos. Algo dentro de mí todavía me dice que nuestros caminos volverán a cruzarse. Ya sabes más que de sobra que no creo en las casualidades, que creo que todo pasa por algo. Es complicado seguir adelante como si nada cuando pierdes a alguien que ha sido parte de tu vida todo este tiempo. Es difícil creer que no volverás, que no escucharé más tu voz, ni tu risa. Porque hay canciones que todavía me recuerdan a ti. Todavía recuerdo el día que me dijiste que pensar que nuestro caminos volverían a cruzarse era una excusa para cobardes. El tiempo pasa y te echo de menos. Cuando te perdí, algo en mi se marchó contigo. Parte de mi inocencia y de mi dulzura se fueron. Todo perdió el sentido. Tuve que reconstruirme y aprender a estar sin ti, pero estés donde estés, espero que sepas que todavía te llevo conmigo, aunque sea en mis recuerdos. Porque gracias a ti aprendí a salvarme yo sola, a no necesitar a nadie más que a mi misma. 


Photo source: Sara Herranz