lunes, 18 de junio de 2012

Porque en el fondo sabemos que todo tiene un final.

Cuando miramos atrás a veces nos cuesta distinguir de donde venimos. Hay sueños que dejamos atrás, momentos que intentamos borrar y personas a las que volveríamos a conocer. Todo puede cambiar en un solo instante: quien estuvo a tú lado se marchó, perdiste aquello que un día fue tuyo y dejaste marchar lo que más deseabas conservar. Un día todo puede perder sentido, y los sentidos pueden pasar a un segundo plano. Cuando lo que duele es el alma, el dolor físico ya no significa nada. Cuando te quedas quieto, y tus sentimientos gritan, pero tu boca no pronuncia palabra sientes que puede que ya no haya ningún sentido a continuar. Cuando el amor duele, deja de ser amor. A veces me gustaría poder dejar atrás el dolor, y todo lo que ello conlleva, para empezar a vivir sin que el alma me duela.