Cuando dejas de pensar en todo lo que puedes perder y piensas en lo que puedes ganar, llegas a apreciar lo que es vivir y la felicidad.

Cuando ser feliz se centra en un instante a su lado. Cuando una carcajada y una salida con tus amigas te hace ver que la vida pasa y que son esos instantes por los que vivimos. No todos podemos ser alguien importante, ni ricos, ni famosos, pero si podemos ser felices. Hay épocas en las que las cosas se tuercen, pero no por ello tenemos que resignarnos a luchar. La esperanza siempre es lo único que se pierde y mientras queden ganas de luchar no hay nada perdido. A lo mejor es un instante en el que sonríes lo que te da las fuerzas para seguir, para no rendirte. Porque los baches en el camino están para hacernos más fuertes, más resistes a la vida, para que aunque nos cueste salir de ellos, salgamos con más ganas de vivir. Cuando se puede disfrutar de cada pequeño detalle. Cuando lloras de la risa hasta que te duele la tripa. Cuando te regala un beso, una caricia, un te quiero. Cuando se lucha, porque las más grandes locuras se hacen por amor.

Cuando ni una lágrima es capaz de describir el dolor que ahonda en mi pecho.

Saber que te sientes así. Que te he hecho daño. Saber lo que es ese dolor del desamor. De ver a la persona que quieres con alguien tan cercano y aún así no conseguir frenarlo. Odiar la sensación de perderse en un vacío que antes ocupaba esa persona.
Ahora no vas a entenderlo o puede que nunca llegues a entenderlo de verdad pero es esa sensación de que no necesitas más que una llamada, un mensaje. Que ya no es una cosa de niños, sino un juego de adultos. Que a veces para conseguir lo que se quiere hay que arriesgar. Para ganar hay que perder. Cuando estas entre dos opciones a veces no queda más remedio que apostarlo todo.

Cuando tu único deseo es arrancarte la piel y huir de dentro de tu cuerpo.

Cuando las aspiraciones cambian. Cuando ya no te ves bien y estás mal hasta contigo misma. Cuando necesitas saber que estás perfecta, que tu cuerpo es perfecto. Necesitas que te miren y te digan "oye, estás guapa. Estás más delgada", pero nadie lo hace. Puede que esto solo sean para algunos palabras sueltas, más aquel que me comprende llega más lejos. Entiende lo que es estar encerrado en uno mismo. No siempre nos gustamos, son épocas. Igual que vienen se van, pero a veces se quedan más tiempo del necesario. Más cuando no ves la salida, cuando te hundes en tus pensamientos y no logras ver la luz, entonces empiezas a perderte a ti mismo. Empiezas a olvidar los recuerdos y las personas y gana importancia aquello que puede dañarte. Cuando los que quieren hacer daño consiguen su objetivo. Ya no quiero ser yo misma, ahora necesito un cambio.