lunes, 6 de noviembre de 2017

Ya verás cómo me olvidas, y me dices que lo nuestro no era lo que merecías.

Puede que con el paso de los años todo se quede en el recuerdo. Las heridas ya no sangrarán, y el dolor será un mero cosquilleo de lo que fue. Lo malos momentos ya no podrán hacerte daño, y recordarás los buenos con una sonrisa de melancolía. Con el paso de los años ya no llorarás al ver nuestras fotos, ni sentirás lástima por haber perdido todo aquello que fuimos. Aunque ahora veas imposible superar lo nuestro, lo conseguirás. Quizás no sea hoy, ni mañana, quizás ni siquiera en un par de meses, pero lo superarás. Llegará el día en el que al despertar solo ya no sientas mi ausencia entre tus sábanas. Seré las lágrimas que nublaron tu visión, y las uñas que arañaron tu espalda. Seré la musa que hechizó tus sueños, y todo aquello que anhelabas poseer pero siempre estuvo fuera de tu alcance. Seré el pasado, seré recuerdos y dejaré de ser dolor. Y por fin, llegará un día en el que todo lo que seré para ti, será nada. 

Fuente: Sara Herranz

sábado, 13 de mayo de 2017

Solo dime cariño, si ni siquiera tú sabes quién eres, ¿cómo pretendes que yo te conozca?

Te veo. Andas despreocupada, mientras tu pelo se mueve de lado a lado acompañando el ritmo de tus pasos. La música suena por tus auriculares a todo volumen. Tarareas tus canciones, murmullos apenas distinguibles entre el barullo del resto de gente que nos rodea. Y te miro. Me fijo en como tus pasos cambian de ritmo tras cada canción, y en como sonríes para ti misma en reconocimiento a tu fantástica elección de música. Cierras los ojos lentamente, disfrutando de la melodía, y en tus mejillas ruborizadas veo reflejadas mis ganas de encontrarte. A veces mis pasos acompañan los tuyos, y sin embargo otras prefiero dejarte ir, y observarte desde la distancia. Es duro para mi no poder leerte la mente, porque parace tan compleja. La mía es más sencilla. Tú eres la que ocupa mis pensamientos. Tus ojos color miel, tus largas pestañas, e incluso el arquear irónico de tu ceja. Tu risa, oh tu risa, nunca nada había hecho vibrar así mi corazón, al compás de tus carcajadas. Y tus pequeñas pecas adornando tus mejillas, haciéndote ver tan niña como cuando nos conocimos. Y es en tus pequeñas arrugas, en tus curvas, que veo el paso de los años, de nuestras historias. Y en silencio me pregunto si alguna vez todo volverá a ser como al principio. En si podré volver a sujetar tu mano, y volver a hacerte soñar como lo hacíamos entonces. Porque el tiempo pasa, y a veces, me pregunto si no será mejor soltar tu mano y dejarte correr libre por siempre. Porque aunque duela, no hay nada más impresionante que ver a una fiera correr en libertad. 

Fuente: Sara Herranz

martes, 9 de mayo de 2017

Verano. Verano. Verano. Verano. Verano. Ven a mí. 

La brisa del mar. El sol acariciando mi piel. El calor llenando mis huesos y besando mi alma. Verano te necesito, necesito que llegues ya. Necesito las risas en las terrazas, tomando una cerveza al sol. Necesito los shorts y las camisetas de tirantes; guardar los abrigos y enseñar palmito. Necesito los paseos por la playa, y las horas tirada en la arena tostándome al sol. Necesito las noches infinitas de cócteles al lado del mar, y las horas y horas de bailar bajo la luna. Necesito tumbarme bajo las estrellas en cualquier terrado a media noche y contemplar las estrellas. Desconectar, dejar el invierno y el frío atrás, y volver a llenar mi corazón de momentos inolvidables. Coger la mochila, la maleta y viajar a cualquier lugar donde reine el buen tiempo. Explorar, despegar, volar, aterrizar, y vivir. Aprovechar cada rayo de sol, y levantarme de la cama sabiendo que pase lo que pase seré feliz. Querido verano quiero que llegues ya para poder exprimirte al máximo, para que cuando el invierno vuelva a congerlar mi cuerpo, tú me mantengas ardiendo desde dentro

Fuente: Sara Herranz

domingo, 19 de marzo de 2017

¿Todavía me querrás cuando nos convirtamos en extraños?

El tiempo pasará. Quizás nos alejemos, o quizás no. Tal vez sigamos a centímetros de distancia, o a miles de kilómetros. A lo mejor mi mano sujetará la tuya, o a lo mejor ni siquiera nuestros corazones se mantendrán cerca el uno del otro. Es posible que tu mirada siga posada en mi cuando creo que no me miras, o es posible que prefieras que nuestras miradas no vuelvan a cruzarse. Puede que cuando los recuerdos me llenen el pecho se queden en solo eso, recuerdos, o puede que vuelvan a encender la llama que se apagó dentro de mi corazón. Será tal vez que nada pueda ser como queremos que sea, será que nuestros camino estaban destinados a cruzarse y luego separarse. La curiosidad siempre me hará querer saber que pasaba por tu cabeza cuando nuestros caminos llegaron a la bifurcación. ¿Por qué no me seguiste? ¿Por que era tan difícil decidir? ¿Por qué fui incapaz de seguirte? ¿Por qué nos alejamos? Nunca hay culpables, solo sentimientos demasiado expuestos. Nunca hay vencedores, solo cicatrices.