viernes, 27 de diciembre de 2013

Si no arriesgas no ganas. Si no pierdes no valoras. Si no sufres, no descubrirás los que significa ser feliz.

Dicen que empiezas a valorar lo que tienes cuando lo pierdes, pero yo no creo que sea así. Sinceramente, puedes tener algo y valorarlo y al perderlo simplemente sentir el dolor y el vacío que deja al irse. Sin embargo es al perderlo que dejamos un lugar para algo nuevo. Quizás las heridas tarden en sanar, o al principio no encontramos nada que llene los huecos que se quedan en el alma, pero llegará el día en que algo o alguien vuelva a sacarte una sonrisa. Solo entonces te darás cuenta de que no hay ninguna pérdida de la que no nos recuperemos. Al contrario, hay algunas pérdidas que nos llevan a descubrir lo ciegos que hemos estado ante lo que antes teníamos. Con ellas llega la liberación. Hay cosas que creemos que nos hacen felices, pero simplemente nos están quitando libertad. A veces no nos damos cuenta de que la felicidad que buscamos, nos la quitan aquellos a los que amamos.