domingo, 14 de diciembre de 2014

Llegue para descubrir que tú ya te habías ido.

Hay momentos o personas que desearíamos recuperar o no haber conocido. A lo mejor aquello que vivimos hace dos años, o tres. Cada persona tenemos ese 'algo' o alguien que perdimos. Quizás fue la distancia, quizás el tiempo o la falta de interés. La cuestión es que duele. Duele ver morir una amistad de años, o ver marchar a alguien que lo fue todo. Supongo que la mayoría de nosotros conocemos esa sensación de frustración cuando te das cuenta de que no significas nada, para alguien que lo significó todo. Esa sensación de impotencia que da darte cuenta de que los demás avanzan, y olvidan, mientras que tú sigues sumergido en un mar de recuerdos que te arañan el alma. En la vida hay heridas, y hay supervivientes. Sin embargo, a veces, aunque las personas sobrevivan, las heridas las cambian para siempre. Así que aprecia a quiénes tienes cada día y disfruta de cada momento, porque puede que al día siguiente se hayan marchado.


miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Hasta que punto todo esto merece la pena?

El esfuerzo. Luchar contra todo y contra todos. Contra el que dirán. Contra las habladurías. Pelear, ¿pero con que fin? Oímos siempre que todo tiene que terminar, pero nunca sentimos que vaya a acabar. Nunca pensamos que será a nosotros. Creemos en lo infinito. Queremos creer en ello. Pero las palabras a veces pesan más que las acciones. Las personas son diferentes a la imagen que nosotros tenemos de ellas. Las heridas no son tan fáciles de curar. No desaparecerán con una tirita y un beso en la frente como lo hacía cuando eramos niños. Las heridas del corazón no son así de sencillas. No las solucionarán unas palabras, ni un beso, a veces ni siquiera una disculpa. Hay heridas que poco a poco te rompen por dentro, palabras que no son fáciles de olvidar. Momentos que te cambian. Las sonrisas no son las de entonces, ni las personas, ni siquiera los recuerdos son los mismos. Y a aquellas personas que un día se fueron, las echamos de menos, pasan por nuestra mente, trayendo consigo un sentimiento de melancolía que enfría el alma. A veces me paro a pensar en todo lo que he dejado a atrás para llegar a donde estoy hoy, y me planteo si mereció la pena. Me pregunto que hubiese pasado si todo hubiese sido diferente. ¿Dónde estaría ahora?¿Con quién?... No lo sé, pero me gustaría estar lejos. Lejos de todo y de todos. En algún lugar dónde poder pensar, dónde poder respirar un aire menos contaminado de recuerdos. Me gustaría poder perderme, unos días, unas horas y buscar un refugio. Buscar un lugar donde alejarme del torbellino que son mi mente y mi corazón. 


sábado, 20 de septiembre de 2014

La necesidad de volver atrás y vivirlo todo desde el principio.

A veces miramos atrás y pensamos en todos los buenos momentos que hemos vivido. Yo, personalmente volvería atrás. Me volvería a enamorar, por primera vez. Volvería a recordar las conversaciones a las tantas de la mañana, las noches apenas durmiendo unas horas. Volvería a aquel primer beso, que ahora parece tan lejano, pero que el recuerdo se mantiene intacto, y volvería a las mariposas en el estómago con los primeros 'te quiero', y aquella primera sonrisa, que lo cambió todo. La que me hizo darme cuenta de que en ese mismo instante, nada volvería a ser lo mismo. Con el tiempo las cosas cambian, pero lo vivido es intocable. Los sentimientos, imposibles de volver a vivir. Y las personas, diferentes. Querer volver al principio no es malo, simplemente es la necesidad de volver a sentirte feliz como entonces, de recordar las palabras cuando no queda nada más. Es echar de menos, cuando las cosas ya son demasiado diferentes como para volver atrás y enmendar los errores. Por eso echamos de menos el pasado, porque a veces nos brindo oportunidades que con el tiempo han desaparecido, y nos arrepentimos de no haberlas aceptado a tiempo. A veces un solo regreso al pasado, puede hacer quebrarse el presente, y romperse el futuro.


sábado, 13 de septiembre de 2014

Nadie dijo que fuese fácil. Nadie dijo que fuese a ser tan duro.

A veces hay que aprender a mirar hacia delante, en lugar de hacia atrás. Por que aquellos que se fueron, no volverán, y a veces no nos queda otra que aprender a vivir con ello. Los momentos no serán iguales, pero eso no significa que no queden muchísimos increíbles por vivir. No habrá una sola noche de no recordar. Un solo día en el que no pensar. Con el tiempo el dolor pasa, y la mayoría de los recuerdos se vuelven difusos. Todo parece quedar en la lejanía. Pero aún así le recuerdas. Recuerdas las últimas conversaciones, los últimos 'te quiero'. Recordar no es malo, mientras no se viva de los recuerdos. Recordarás la forma en la que te hacía reír, y las ganas que tenías de verle sonreír. Probablemente no habrá un solo día en el que no le eches de menos al menos un segundo, pero al final, los recuerdos solo causarán felicidad, de haberlos podido vivir. El dolor pasará a ser melancolía. Las lágrimas serán confusas sonrisas. Por que por mucho que nos alejemos de las personas y los recuerdos, ellos nos hacen quienes somos, y eso no lo puede cambiar ni siquiera el tiempo.


miércoles, 30 de julio de 2014

"No confíes en cualquier palabra, cualquier sonrisa, cualquier beso, cualquier abrazo; las personas saben fingir demasiado bien".

Cada segundo que llega de nuestra vida es el conjunto de cada pequeña acción o detalle que hemos vivido. Es por esto que cada cuál lleva su propio camino. Nunca se sabrá si es verdad eso que dicen de que nosotros escribimos nuestro propio destino. No creo que eso sea cierto, porque si no, no tomaríamos nunca malas decisiones. Muchas veces tomamos el camino equivocado, dejándonos guiar por aquello que creemos que es el corazón, en vez de poner los pies en la tierra y darnos cuenta de la realidad. Darnos cuenta de que no podemos vivir con algo que nos hace sentir como una mierda. Que a veces es mejor deshacerse de lo malo e intentar encontrar aquello que nos da la felicidad. El miedo y el amor son sentimientos que nos ciegan y nos vuelven locos. Hacen que cambie nuestra perspectiva de verlo todo; sin amor no seriamos tan necios, y sin miedo no seriamos tan cobardes. Del amor tenemos que sacar la intensidad, y del miedo el coraje para enfrentarnos a él. Solo en los momentos de mayor debilidad y sufrimiento, nos damos cuenta de la fuerza que se esconde en realidad dentro de nosotros mismos.

sábado, 24 de mayo de 2014

Si tus sueños no te asustan, es que no son lo suficientemente grandes.

Nadie va a poder pararte. Nunca. No dejes que lo hagan. Sueña. Sueña tan alto como te permita el corazón. Que nadie te diga que no eres capaz de alcanzarlo, por que mienten. No hay nada más fuerte que la ilusión, las ganas, el esfuerzo y la determinación. Trabaja día a día. Lucha. Lucha con todas tus armas, con toda tu fuerza y tu pasión. Vendrán muchas derrotas, pero con cada paso, con cada batalla, con cada caída estás más cerca de lograrlo. Cada vez que te levantes hazlo con más fuerza que la anterior. Por mucho que te pisen, sacúdete y mira hacia adelante. Soñar no es malo. Nos empuja a saber cuáles son nuestras aspiraciones. Nos hace entender que no importa si dormimos o estamos despiertos, no vamos a dejar de soñar. Pero sobre todo nos ayuda a que cuando no nos quede nada en la vida, sigamos encontrando una razón para seguir adelante. Cuando veamos el camino negro, será la luz al final del túnel, no importa cuan lejos esté, es alcanzable. Soñar es libertad, una forma de expresión. Y eso, jamás nadie puede arrebatártelo. 


sábado, 10 de mayo de 2014


Dicen que todo se puede si dos quieren, pero todos tenemos momentos en los que se nos quitan las ganas de seguir luchando.


En esta vida todos tenemos cosas que deseamos conservar pase el tiempo que pase, pero a veces, acabamos en situaciones en las que la única opción es dejarlo todo pasar y dejar de luchar por tener algo. No siempre se va a ganar. Hay que perder para darnos cuenta de lo especial que es ganar. Hay que tener aspiraciones, para que siempre haya algo que nos mantenga levantándonos cada mañana, por muy duro que vaya a ser el día. Pero también tenemos que aceptar que habrá días en los que no nos quede nada. En los que nos gustaría quedarnos en la cama, sin tener que mover un solo músculo. Días de reflexión, de no pensar en nada, o de no dejar de pensar. Días para entender los porqués, y días para dejar que tu alma se llene de soledad. Tenemos que aprender a rendirnos, a dejar de luchar, a aceptar el vacío que dejan las personas cuando se van. Pero sobre todo tenemos que aprender a aceptar el dolor y la decepción de perder a alguien. No existe la decepción cuando no confías en nadie. No existe la decepción cuando estás solo. 


miércoles, 30 de abril de 2014

No podemos dejar que el mundo conozca nuestras debilidades. 

Hay detalles que arañan el corazón y dejan heridas más profundas de lo que parecen. Un rasguño en el alma no se cura de un día para otro, pero hay momentos en los que no podemos permitirnos ser débiles. Ni una lágrima. Simplemente ignorarlo todo, dejar que nadie note el dolor, por muy afectados que estemos. No podemos permitir que nada ni nadie nos destruya, ni siquiera nosotros mismos. A veces tenemos que demostrarnos estar por encima de todo y de todos e intentar que las cosas dejen de provocarnos sufrimiento. Hay que cubrir el corazón con una armadura que no deje pasar a nadie, ni siquiera a quienes buscan refugiarnos en momentos duros. A veces el mejor remedio es la soledad. Hay que aprender a hacerse fuertes desde dentro. No mostrar dolor, ni debilidad. Hay que dejar atrás los sentimiento, y congelar los buenos momentos y vivir de ellos. El dolor no desaparecerá, pero la mente es sabia, y podemos bloquear aquello que nos llena de dudas y hace que se nos llenen de sangre los pulmones y no podamos ni siquiera respirar. Y por las noches, cuando estemos solos, justo antes de dormir, dejarlo todo ir. A veces solo podemos permitirnos dejar de ser fuertes, cuando no haya nadie alrededor para intentar destruirnos.


viernes, 25 de abril de 2014

Esa persona que encuentra la forma de hacerte sonreír incluso cuando no puedes contener las lágrimas.

En la vida nada es fácil, y nada es para siempre. Las personas van y vienen, y con ellas historias que merece la pena recordar, y otras que sería mejor borrar de la mente. Sin embargo, hay personas que pasan por nuestra vida y dejan su sello en nuestro corazón. Personas que aprenden a enamorarnos con pequeños detalles, día a día, sin pausas. Es un regalo que te da la vida encontrar a alguien así. Yo hace ya 8 meses que encontré a una persona que se preocupa por mi felicidad a diario. Un chico que ha aprendido a quererme a pesar de mis miles de defectos y manías. Alguien dispuesto a conocerme más allá de la parte física, y que es capaz de escucharme incluso cuando las cosas que digo dejan de tener sentido. No se como agradecerle lo que hace por mi, por que ya no existen palabras para describir mis sentimientos. Hay detalles que no todas las personas son capaces de percibir, pero yo en él veo como cambia el brillo de su mirada cuando se emociona, noto como cambia la curva de su sonrisas cuando habla de aquello que tanto le apasiona, y noto como su cuerpo cambia cuando se aproxima al mio. Hay detalles imposibles de describir escribiendo y es que solamente él es capaz de ponerme la carne de gallina con un solo susurro. Por esto y mil cosas más, gracias. Gracias por enseñarme tanto y por seguir siendo mi salvación cada día. Te amo. 


domingo, 16 de febrero de 2014

Cuando encuentras a ese alguien por quien cambiarías el mundo, no hay nada que haga que dejes de amarle.

No se pueden describir lo que sientes porque no se han inventado las palabras. Es una sensación que te invade con cada abrazo, que te hace suspirar con cada caricia, que te encoge el estómago con cada despedida. Es algo indescriptible. Es una manera distinta de ver el mundo. Es levantarte cada día con la ilusión de oír su voz. Es esa manera que tiene de despertarte a besos que sabes que no habrá nada mejor en el mundo. Es su forma de abrazarte, que muestra su miedo a perderte. Cuando encuentras a alguien que te llena de esa manera, sabes que no podrás dejarle ir nunca. Solo quieres absorber cada detalle de su cuerpo, de cada gesto que hace. Quieres conocerle al milímetro, sin dejar que se te escape ni un solo detalle. Deseas hacerlo todo con él. No existe nada que te haga más feliz que ver esa sonrisa dibujada en sus labios. Es ese chico que te tiene pensando en él las 24 horas del día. Con quien compartir cada instante, cada tontería. Aquel a quien quieres contárselo todo. A quien no le ocultarías nada. Estar enamorado llega a un nivel totalmente diferente cuando te das cuenta de que la persona a la que amas, es la persona con la que quieres compartir el resto de tu vida. A veces alguien a quien conoces por casualidad, puede cambiarte la vida y convertirse en aquello por lo que nunca dejar de luchar.