miércoles, 9 de noviembre de 2016

Si no esperamos nada de nadie, nadie puede fallarnos.

A veces es complicado entender, que las personas nunca serán exactamente lo que esperamos de ellas. Llega un momento en el que no queda más remedio que entender, que nuestras expectativas sobre alguien, lo más probable es que nunca lleguen a cumplirse. Tenemos que dejar de poner a las personas a prueba con la esperanza de que cumplan nuestras expectativas. Rara vez lo harán. No podemos obligar, ni esperar de nadie que sean exactamente lo que nosotros necesitamos de ellos. No importa si es tu pareja, un amigo o un familiar. No debemos intentar querer cambiar a alguien, si no aprender a querer con lo bueno y con lo malo. Dejar de esperar, de poner a prueba, y empezar a disfrutar del individualismo de cada persona. Puede que no sean perfectos, o no sean lo que esperamos de ellos, pero serán especiales. Cuando dejamos de crearnos expectativas, ganamos la posibilidad de sorprendernos, en vez de decepcionarnos. Quizás es en ese momento, en el que nos dejamos sorprender, que abrimos los ojos a una persona nueva, y no a la expectativa de alguien. Cuando dejamos de lado las expectativas, abrimos la puerta a la magia de conocer de verdad. 


1 comentario:

  1. Porque las personas y las cosas llegan cuando menos te lo esperas, de las formas más variadas y cuando no estás mirando.
    un besoo!

    ResponderEliminar