lunes, 11 de noviembre de 2013

En cuanto nos descuidemos habrán pasado los años y poco habrá que nos recuerde estos momentos. 

Como adolescentes nuestra prioridad no es el paso del tiempo. No nos imaginamos envejeciendo y pensamos que aún queda mucho para casarnos y tener hijos. El tiempo ante nuestros ojos pasa lento. Nada importa, nos queda tiempo. Pero de repente te paras a pensar y te das cuenta de que vuelan los años. Que aquella entrada en primero de la ESO parece haber sido ayer. Que hay momentos que definen nuestro futuro. Y ya no queda tiempo para seguir pensando. Hay que tomar decisiones como adulto, cuando ni siquiera somos capaces de decidir que nos apetece desayunar. Nos piden que definamos nuestro futuro con apenas dieciocho años. Pero quizás lo peor de todo no sea elegir, si no dejar atrás a todas esas personas que nos acompañan. Durante los primeros diecisiete años de nuestra vida se forjan amistades que creemos que durarán para siempre pero no podemos estar más engañados. Cuando nos demos cuenta ya no quedarán conversaciones, ni risas, ni noches de fiesta. Es por ello que tenemos que darle importancia a cada momento que pasamos con las personas que son importantes para nosotros, porque en un abrir y cerrar de ojos puede que ya non estén, que se hayan marchado lejos, y las cosas no volverán a ser como antes. Los momentos que vivimos ahora, no los podremos recuperar nunca así que más vale no malgastar el tiempo y disfrutar de cada instante antes de que se desvanezca.


1 comentario:

  1. Me gusta que resumas lo que va a tratar la entrada en una frase al principio. También me encanta la frase en cursiva del final.
    Tienes mucha razón. Debemos disfrutar ahora que podemos, porque ya cuando seamos mayores nos arrepentiremos.
    Un beso ^^

    ResponderEliminar