viernes, 13 de mayo de 2011

Un latido…

Una plaza llena de gente, personas. Algunas corren, otras pasean. Por un segundo me detengo y levanto la vista al cielo. Hace algunos días que el sol parece brillar con más fuerza. Sonrío y al bajar la vista le veo. Brazos fuertes, alto, moreno y unos ojos verdes capaces de enloquecer a cualquiera. Se gira, me mira y de sus labios nace una sonrisa que detiene el mundo durante unos instantes en los que me pierdo en ella. Hasta que logro apartar la vista y de detrás de mí, aparece una chica igual de perfecta; pelo increíble, belleza que impacta, taconazos y un cuerpazo. Solo cuando logró apartar la mirada y vuelvo a poner los pies en la tierra me doy cuenta de que los ángeles no existen. 


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