jueves, 26 de marzo de 2015

A veces hay que recordar que el demonio solía ser un ángel.

Las personas no siempre son lo que aparentan. A veces detrás de una sonrisa hay rencor, y detrás de una cara bonita hay maldad. No siempre podemos juzgar por lo que vemos a primera vista. Nada es lo que parece desde fuera. La realidad no se parece a lo que vemos en las fotos. Una sonrisa no significa felicidad. A veces el torbellino de sentimientos va por dentro. En ocasiones hay que dejar que los sentimientos se hundan, porque sacarlos a flote es demasiado peligroso. Es mejor enterrar el dolor para que nadie lo vea. Ocultar el miedo para que no puedan usarlo contra ti. El miedo al fracaso, el miedo a perderlo todo. Las lágrimas no son debilidad, si no desahogo. Más vale tener cuidado. No confiar. Por que será cuando te entregues, cuando lo des todo, que llegará la traición y el abandono. Y cuando estés destrozado en miles de pedazos ya será demasiado tarde para lamentarse. Demasiado tarde. Cuando te entregas llega un momento en el que no hay vuelta atrás. A partir de ese momento das tu corazón, solo queda esperar a ver si te lo apuñalan.


1 comentario:

  1. Vaya... has plasmado una cruda y dolorosa realidad. Sin embargo, debemos confiar en la gente, confiar en que considerarán nuestro corazón como algo valioso y que quieran protegerlo. Y ésas serán las personas que deberemos conservar a nuestro lado.
    un besoo!

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