domingo, 13 de mayo de 2012

Es como si gritases y nadie te escuchase. Prácticamente te avergüenzas de que alguien sea tan importante, que sin esa persona, no te sientas nada. Nadie entenderá nunca cuando duele. Te sientes desesperanzado, como si nada pudiese salvarte.

Son sentimientos que cuestan de expresar con palabras. Es ese vacío en el que se ha convertido tu alma. Buscas algo a lo que agarrarte, algo que te haga continuar, que te de fuerzas para levantarte cada mañana. Hay días malos y días mejores. La gente pasa por tu lado sin saber que pasa por tu mente. Las palabras salen de tus labios sin que tu le encuentres sentido al porque hablas. Te desahogas como puedes, te cuesta ser feliz. Todo el mundo te dice lo mismo: "pasa página, no merece la pena" o "sonríe no tienes ningún motivo para estar triste. Más cuando te miras en el espejo te das cuenta de que lo que no tiene sentido es esa nada que se acumula en tu alma, llena tus pulmones y escupen tus labios. Ese dolor que hace que las lágrimas sepan amargas al rozar tus labios. Es esa sensación de que todo ha perdido sentido, de que no queda nada.

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