martes, 20 de diciembre de 2011

Cuando estudiamos historia solemos ver, que cuando va a haber una guerra, hechos muy parecidos a los antecedentes se repiten. Un asesinato, un atentado, diferentes gobiernos, diferentes conceptos de religión. Pero a fin de cuentas todas las guerras traen con ellas lo mismo, pobreza, miseria, perdidas, muertes, lágrimas... Quizás todo eso os suene raro de repente, pero las relaciones, no son en sí una constante guerra?
Pasa el tiempo, llega la paz, la esperanza y la felicidad, y de repente algo cambia, hay un suceso que lo altera todo. Una discusión, unos cuernos, una bofetada; todo esto altera el futuro, el curso de las cosas, y trae consigo el llanto, ese dolor que te oprime el pecho, todo aquello que hace que tu corazón se altere, que duela, todo ese sufrimiento, mientras ves como todo se desmorona, lo que verdaderamente sucede es que la guerra se está librando dentro de ti; en tu corazón, alma y en tu mente. Todo tira en diferentes direcciones, cada parte de ti lucha en un bando contrario. Solo nos queda ser fuertes, y soportar la guerra, pasar la tormenta, y superar el dolor. Derrama las lágrimas necesarias, frustrate, deja que el dolor fluya y eliminalo, borralo y sigue, queda una vida alucinante por delante. Tú solo recuerda una cosa, no dejes de sonreír.

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